Tan sólo por la ayuda fiscal del IEPS de gasolinas, el gobierno espera que la pérdida recaudatoria sea de 288,600 millones de pesos.
La medida implementada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para evitar una mayor inflación, a través de los precios de las gasolinas, tendrá un fuerte impacto en las finanzas públicas ante la pérdida recaudatoria que se tiene estimada para el cierre de este año.
En los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) 2023, la dependencia a cargo de Rogelio Ramírez de la O expuso que, con una proyección de un precio del petróleo en 93.6 dólares por barril para este año, el erario público estaría dejando de ingresar 395,400 millones de pesos por la implementación del estímulo fiscal del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a gasolina, así como por el estímulo complementario que se empezó a aplicar desde marzo pasado.
El mecanismo del IEPS a combustibles forma parte de la actual política fiscal para contener incrementos abruptos en los precios de las gasolinas y el diésel. En el 2022, el mecanismo ha probado su eficacia en preservar la estabilidad en los precios de los combustibles y con ello, se han evitado mayores niveles de inflación, protegiendo el poder adquisitivo de las y los mexicanos”, argumentó la Secretaría de Hacienda.
Tan sólo por el estímulo fiscal del IEPS de gasolinas, el gobierno espera que la pérdida recaudatoria sea de 288,600 millones de pesos, una cifra menor a la que presentó en el documento de Renuncias Recaudatorias en junio pasado, cuando estimó que las arcas dejaran de captar 328,393 millones de pesos.
En el caso del estímulo complementario, éstos dejarían un hueco en la recaudación de 106,800 millones de pesos.
En su conjunto, la pérdida recaudatoria por los estímulos fiscales a gasolinas es mayor al presupuesto aprobado este año para la Secretaría de Educación Pública (SEP) de 357,245 millones de pesos, en un contexto en donde los estudiantes regresan a sus clases presenciales luego de que la pandemia del Covid-19 hiciera que se aplicara una modalidad desde casa.
También es mayor a lo presupuestado este año para el rubro de vivienda y servicios a la comunidad, al cual se le aprobaron recursos por 265,352 millones de pesos.
Confianza en la venta de petróleo
Desde la implementación del estímulo complementario, la Secretaría de Hacienda expuso que la pérdida recaudatoria se vería compensada con los mayores ingresos petroleros que se obtendrían por la venta del crudo.
“Los mayores precios internacionales del petróleo tienen un doble efecto sobre los ingresos del Sector Público. Por un lado, ante aumentos en dichos precios, tanto el Gobierno Federal como Pemex se benefician por mayores ingresos petroleros (…) Por otro lado, el mayor precio del petróleo incrementa el costo de los combustibles, lo que bajo la política pública actual activa el estímulo fiscal del IEPS a fin de que los precios no aumenten de manera drástica. Dicho mecanismo impacta negativamente los ingresos tributarios”, explicó en los CGPE.
En este tenor, se espera un excedente petrolero de 397,800 millones de pesos, los cuales apenas podrían cubrir la pérdida recaudatoria.
Liberaron $977 a los hogares
La aplicación de estos estímulos fiscales ha dividido las opiniones. Por una lado, algunas instituciones aceptaron que ayuda a contener la inflación pero a un alto costo, mientras que otras organizaciones señalaron que abona a la desigualdad, ya que los mayores beneficiarios son las familias de mayores ingresos en México.
El gobierno, por su parte, expuso que estos estímulos liberaron en junio pasado 977 pesos por hogar en el país, permitiendo que esto se utilizara para necesidades básicas como lo son los alimentos.
“Por otro lado, la inflación afecta de forma desproporcionada a los hogares de la parte baja de la distribución. En este sentido, el efecto positivo de los estímulos fiscales a los combustibles tiene un impacto más significativo en las familias de más bajos ingresos”, aseguró la dependencia.
Añadió que, en promedio, los hogares que pertenecen al decil más alto en México, o sea, los de mayores ingresos, gastan alrededor de 2,913 pesos al mes en gasolinas, mientras que los hogares del primer decil sólo destinan 79 pesos, es decir, 4.3 y 2.1%, de sus ingresos, respectivamente.
“No obstante, si a estos montos agregamos el gasto en transporte público que utiliza combustibles, las familias de más bajos ingresos destinan en promedio al mes 9.1% de sus ingresos totales en traslados, mientras que los de mayores ingresos sólo 5.3%, es decir, los hogares del decil más bajo, con un ingreso promedio mensual de 3,741 pesos, destinan casi el doble de recursos disponibles para trasladarse que un hogar del decil más alto, cuyo ingreso promedio mensual es de 68,614 pesos”.