Peña Nieto ‘vendía’ más gasolina que AMLO
Bajo el mando de Peña Nieto, Pemex vendió en promedio 797 mil barriles diarios de gasolina en 2017 y 764 mil barriles en 2018. Son cifras que no ha podido recuperar López Obrador.
Cuando un presidente llega le entregan ‘las llaves’ de Pemex. En la práctica, lo convierten en el mayor comercializador de gasolina de México.
Eso no lo transforma en empresario y eso tiene un lado lamentable. El dueño de un changarro busca por principio el buen estado del negocio. Un presidente piensa en votos y en impuestos… en el mejor de los casos.
Bajo el mando de Enrique Peña Nieto, Pemex vendió en promedio 797 mil barriles diarios de gasolina en 2017. En 2018, 764 mil barriles. Son cifras que no ha podido recuperar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Y tal vez nunca las recupere, con nueva refinería o sin ella.
En todos los casos son cifras dadas a conocer por el equipo del presidente actual: 720 mil barriles, en 2019; 571 mil barriles, en 2020 –con ventas obviamente impactadas por los confinamientos de la pandemia, cuando medio mundo guardó su coche– y 575 mil en 2021. En lo que va de 2022, el promedio diario va en 667 mil barriles diarios.
La información presentada no contiene juicios. Son datos públicos que le entregaron a AMLO el director de Pemex, Octavio Romero y la presidenta del consejo, Rocío Nahle.
Ahora sí, vamos a la crítica: ¿Qué revelan? Que Peña Nieto desaprovechó las ventas para invertir en la empresa y hacerla más eficiente. De nuevo, los políticos no saben ser empresarios.
Se dejó llevar por lo que le decían sus asesores económicos, enfocados siempre en hojas de cálculo y muy reticentes a pisar las banquetas de Poza Rica o de Ciudad del Carmen.
Una vueltecita por aquellos parajes les habría revelado que se llenaron de desempleados durante el sexenio pasado, ante el desdén de secretarios de Hacienda que quedaron conformes con la satisfacción de cuadrar números en reportes financieros. Tarea loable, pero incompleta cuando se trata de funcionarios públicos.
La administración actual se fija la meta de producir más gasolina. ¿Para quién, para qué?
Hasta ahora, Pemex no ha podido conseguirlo, quizás eventualmente podría, cuando llegue a operar Dos Bocas. Pero a decir de los números, el problema posterior será vender esa gasolina.
Sucede que la gente está comprando menos combustible a Pemex y eso puede tener varias razones.
Exploremos: los coches son cada vez más eficientes y consumen menos gasolina. Eso puede tener un impacto. Luego está lo de los precios que espanta a los compradores. Con todo y los subsidios que terminan pagando vía impuestos, los consumidores mexicanos están además comprando la gasolina más cara de la historia.
Finalmente, está la mecánica del trabajo remoto o híbrido que ha motivado en muchos herederos de Quetzalcóatl una aversión por regresar al tráfico y al volante.
No es un asunto exclusivo de México. Va una referencia de un lugar que siempre marca nuestro futuro, queriéndolo o no. Los habitantes de Estados Unidos, paisanos incluidos, están consumiendo aún menos gasolinas que durante el verano 2020 cuando explotó la pandemia.
“Las entregas de gasolina de las instalaciones de almacenamiento primario, que la Administración de Información de Energía (EIA) mide como un indicador de la demanda, cayeron por debajo de las observadas en el mismo periodo hace dos años”, destacó en un artículo Julian Lee, veterano analista de Bloomberg First Word.
Esta misma semana, el presidente del país vecino al norte, Joe Biden, celebró que el Senado aprobó modificaciones legales que liberarán más de 700 mil millones de dólares (14 billones de pesos o poco más del doble del presupuesto anual del gobierno de México) que en buena medida servirán para nueva infraestructura que aleje a sus consumidores de combustibles fósiles. Eso pisará el acelerador de la transformación automotriz hacia híbridos y eléctricos.
No es posible asegurar que AMLO terminará como el primer presidente que reduce las ventas de gasolina durante su sexenio, pero es muy factible.
Eso tiene que ser considerado por el actual secretario de Hacienda y por ustedes, para saber qué pueden esperar de cada peso de sus impuestos que se invierta en producción de combustibles.
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